Hay días en los que nuestro trabajo parece humo. Trabajo que se realiza y pocas personas perciben como algo auténtico. Días en los que no sabemos si merece la pena seguir creando. Pero nos llega el olor. El éxito de nuestros cliente y amigos nos hace saborear los proyectos de una manera reconfortante. El humo es efímero igual que la vida. ¡Pero cómo huele a tabaco! Aunque seas fumador pasivo, piensa y verás como la publicidad está en tus pulmones. Y si te das cuenta de que sí, que por lo menos sea de buen tabaco. La próxima nos fumamos un puro… Viva the difference!!!
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